viernes, 10 de agosto de 2012

6-JAYA EKADASI

6 - JAYA
EKADASI

Yudhisthira Maharaja dijo: !Oh, Señor de Señores, Sri KRISHNA todas las glorias a Tí, Oh, maestro del Universo!, Tú solo eres el origen de los cuatro tipos de entidades vivientes. Aquellos nacidos de huevos, aquellos nacidos de transpiración, aquellos nacidos de semillas y aquellos nacidos de embriones. Tú solo eres la raíz causa de todo, !Oh, Señor!, de ese modo Tú eres el creador, mantenedor y destructor.
Mi Señor, Tú has bondadosamente explicado a mi el auspicioso día conocido como Sat-tila Ekadasi que ocurre durante la oscura quincena del mes de Magha (enero-febrero). Ahora por favor explica el Ekadasi que ocurre durante la quincena de este mes. ¿Por qué nombre es este conocido?, ¿cuál es el proceso para observarlo?, ¿cuál es la Deidad que es adorada en ese sublime día, que es muy querido a Tí?.
El Señor Sri KRISHNA respondió: !Oh, Yudhisthira!, Yo estoy encantado de decirte acerca del Ekadasi que ocurre durante la mitad del mes de Magha. Este Ekadasi destruye toda clase de actividades pecaminosas que afectan el alma espiritual. Este es conocido como Jaya Ekadasi y el alma afortunada que observa un ayuno en este sagrado día es aliviada de la gran carga de la existencia fantasmal. De esta forma no hay mejor Ekadasi que este, que dispensa la libertad de nacimientos y muertes. Este debe ser honrado muy ciudadosamente y diligentemente.
Así que Yo te hablo a tí para que me escuches atentamente. !Oh, Pandava!, Yo te explico un histórico episodio a través de este Ekadasi, un episodio que Yo ya he relatado en el Padma Purana.
Hace mucho pero mucho tiempo, en los planetas celestiales, el Señor Indra reinaba su reino celestial muy delicadamente, y todos los semidioses viviendo allá eran muy felices y contentos. En el Bosque de Nandana que era agraciado con flores parijata, Indra tomó ambrosía cuando quiera que él gustaba y disfrutaba del servicio de 50 millones de chicas vírgenes celestiales, las Apsaras quienes danzaban en éxtasis para el placer de Indra. Muchas cantantes como Puspadanta cantaban con dulces voces. Citrasena, el músico principal de Indra, estaba allá en companía de su esposa Malini y su hermoso hijo Malyavan. Una apsara llamada Puspavati se convirtió muy atractiva para Malyavan. De esa forma las flechas de cupido penetró al centro de su corazón. Su hermoso cuerpo y cutis con sus movimientos de sus ojos marrones cautivaron a Malyavan.
Oh, Rey escucha como Yo describo la expléndida belleza de Puspavati: Ella tenía incomparablemente unos brazos hermosos que cuando abrazaba a un hombre era como un lazo sedoso. Su cara era como la luna, sus ojos de loto alcanzaban a sus amorosos oídos, que eran adornados con hermosos aretes. Era delgada, su cuello ornamentado como una concha, su cintura era muy delgada, su tamaño como el de un puño, sus caderas eran amplias y sus muslos como los troncos de los árboles banianos. Su hermosa naturaleza caracterizada estaban completamente vistosa ornamentada y vestida, sus pechos estaban altamente alzados.
Viendo a Puspavati en todo su belleza celestial, Malyavan estaba hechizado con ella. Ellos habían venido con otros ejecutores para complacer al Señor Indra por cantar y bailar encantadamente, pero porque ellos se habían enamorado así penetrando así su corazón por las flechas de cupido, la lujuria personificada, ellos estaban totalmente incapacitados de cantar o danzar apropiadamente ante el Señor y el maestro de los reinos celestiales. Su pronunciación era mala y su ritmo muy defectuoso.
El Señor Indra entendió el sonido de sus errores. Ofendido por la discordia de la ejecución musical el se sintió muy molesto y gritó: Ustedes tontos incapaces, ustedes pretenden cantar para mí. Ustedes se están burlando de mí. Yo maldigo a los dos para sufrir de aquí en adelante como pisachas (duendes). Como esposo y esposa vayan a las regiones terrenales y cosechen las reacciones de sus ofensas.
Quedándose mudos por esas duras palabras, Malyavan y Puspavati descendieron a un hermoso bosque llamado Nandana en el reino del cielo a las cumbres de los Himalayas aquí en el planeta tierra. Enormemente angustiados y su vasta inteligencia celestial disminuyó por los efectos de la maldición de Indra, ellos perdieron sus sentidos del sabor, del olfato y sus sentidos del tacto. Esto era así de miserable y frío en la cima de los Himalayas, desolado de nieve y hielo que ellos no podían ni siquiera divertirse. Vagando sin objeto de acá para allá en esas duras alturas, Malyavan y Puspavati sufrieron más y más de un momento al otro. Ni siquiera ellos podían situarse en una cueva porque la nieve caía y con el frío sus dientes temblaban incesantemente y sus cabellos se caían debido al susto y aturdimiento. En esta desesperada situación Malyavan dijo a Puspavati: Que abominables pecados nosotros cometimos para estar sufriendo en estos cuerpos de pisacha en este imposible medio ambiente. Esto es absolutamente infernal. Si el infierno es muy terrible los sufrimientos que nosotros estamos pasando aquí son mucho más abominables.
Así los amados abandonados caminaron penosamente sobre la nieve y el hielo. Por su gran fortuna, sin embargo, este era un día que era Jaya Ekadasi, el Ekadasi de la quincena del mes de Magha. Porque en su miseria, ellos descuidaron de no tomar nada de agua, ni siquiera frutas y hojas estaban disponibles a esa altura, ellos sin saberlo observaron Ekadasi por ayunar completamente de toda comida y bebida.
Sumergidos en la miseria Malyavan y Puspavati se desmayaron debajo de un árbol pipal y ni siquiera pudieron levantarse. El sol se había ocultado. La noche era más friolenta y más miserable que el día. Ellos sentían escalofrío de la nieve que caía y sus dientes temblaban sin cesar, y ellos se abrazaron para tener calor. Atrapados en su abrazo, ellos ni pudieron dormir ni tener sexo. De ese modo, ellos sufrieron a través de la noche bajo la poderosa maldición de Indra.
Aún, !Oh, Yudhisthira!, por la merced del ayuno que ellos tuvieron por observar Jaya Ekadasi y porque ellos habían permanecido despiertos toda la noche, ellos fueron bendecidos.
Por favor escucha lo que pasó al otro día. Como Dvadasi vino, Malyavan y Puspavati habían dejado sus formas demoníacas y otra vez eran los seres celestiales vestidos con ornamentos lustrosos y esquisitas guirnaldas. Un coro de ciudadanos celestiales cantaron sus oraciones directamente de las regiones celestiales. De pronto Malyavan y Puspavati llegaron al Amaravati, la Ciudad de la capital de Indra y entonces ellos inmediatamente llegaron ante su Señor y le ofrecieron sus respetuosas reverencias. El Señor Indra estaba asombrado de ver que ellos habían tomado sus formas originales porque él los había maldecido para sufrir como demonios lejos muy lejos debajo de su reino celestial.
Indra les preguntó: ¿Qué extraordinarias actividades ustedes han ejecutado, así que ustedes dejaron sus cuerpos de pisachas tan pronto después que los maldecí?. ¿Quién los liberó de mi irresistible maldición?.
Malyavan respondió: !Oh, Señor!, esto fue por la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Vasudeva y también por la poderosa influencia de Jaya Ekadasi, que nosotros pudimos libernos de nuestra condición sufrida como pisachas. Esto es la verdad, Oh, Maestro: porque nosotros ejecutamos servicio devocional al Señor Visnu por observar Jaya Ekadasi el día más querido a El, nosotros nos hemos felizmente restablecido en nuestras formas originales.
Indra dijo: Porque ustedes sirvieron al Supremo Señor Kesava, por observar Ekadasi, ustedes se han convertido en adorables para mí y yo puedo ver que ustedes son ahora completamente purificados de pecado. Quien quiera que se ocupe en Servicio Devocional al Señor Hari o al Señor Siva se convierte adorable y digno de alabanza por mí. De esto no hay ninguna duda.
El Señor Indra entonces le dio a Malyavan y Puspavati libre riendas de divertirse en cada sitio y en cualquier parte de los planetas celestiales.
De esta forma, !Oh, Yudhisthira!, uno debería observar estrictamente Ekadasi, el día del Señor Hari especialmente en Jaya-Ekadasi, que lo libera a uno de todo pecado incluso el de matar un brahmana. Una gran alma quien observa este ayuno con gran fe y devoción tiene el resultado dado de toda clase de caridad, ejecutar toda clase de sacrificio y bañarse en todos los lugares Santos de peregrinaje. Ayunando en Jaya-Ekadasi cualifica a uno de residir en Vaikuntha y gozando sin fin felices por millones de yugas de esa forma, para siempre.
!Oh, Gran Rey!, uno que escucha o lee estas glorias de Jaya Ekadasi gana las bendiciones de mérito conseguidas de ejecutar un sacrificio Agnistoma cuando los himnos de los Samaveda son recitados.
De esa forma termina las glorias de Magha-Sukla Ekadasi o Jaya Ekadasi de Bhavisya-Uttara Purana.
NOTAS

1.-
Kamadeva, la lujuria personificada tiene cinco nombres de acuerdo al Amara-Kosa diccionario:
Cupido tiene cinco nombres:
- Kandarpa
-Darpaka: quien previene los eventos futuros.
-Ananga : el que no tiene cuerpo físico.
-Kama : la lujuria personificada.
-Pañcha-Saraih: el que sostiene cinco flechas.
Kandarpa.- En el décimo capítulo del Bhagavad-Gita, el Señor KRISHNA dice: de las causas de la procreación, soy Kandarpa. La palabra Kandarpa, también significa muy hermoso. Kandarpa aparece como hijo de KRISHNA, Pradyumna en Dvaraka.
Darpaka.-Este nombre indica que Cupido puede percibir que es lo que va a pasar. Específicamente el trata de impedir la actividad pura Espiritual por distraer a la mente en objeto de los sentidos.
Ananga.-Una vez cuando Cupido distrajo la meditación del Señor Siva, el poderoso semidios lo quemó a cenizas. Aún, Siva le dio a Cupido la bendición que él podría actuar en el mundo sin un cuerpo físico.
Kama.-En el Bhagavad-Gita, el Señor KRISHNA dice: Yo soy la vida sexual que no es contraria a los principios religiosos.
Pañca-saraih.-Las cinco flechas con que Cupido penetra las mentes de la entidades vivientes son: sabor, tacto, sonido, olor y vista.
Estos son los cinco nombres de Cupido quien encanta a todas las entidades vivientes y hace de ellos lo que él quiere, sin recibir la misericordia de un guru genuino y de KRISHNA uno no puede resistir su poder.

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