Hare Krishna, mi intención y actitud al enviarte este mensaje, es que Srila Prabhupada quería que nosotros transmitiéramos sus enseñanzas a todo el mundo, sin querer nada a cambio.
La fe, por Haripada dasa
Todos entendemos y aceptamos que la naturaleza constitucional de todas las entidades vivientes es que somos eternas buscadoras de placer. Fe significa la confianza o convicción de que por realizar determinadas actividades, yo voy a ser feliz, o voy a obtener un placer. Fe también significa tener completa convicción de que al cantar el Santo Nombre de Dios o Krishna automáticamente cumplirá todos los deberes espirituales y completará todas las actividades piadosas. Aquellos que no poseen esa fe son ineptos para cantar el Santo Nombre. Es muy interesante la pregunta que Arjuna le hace a Krishna en el Bhagavad-gita. Arjuna pregunta: “¡Oh Krishna! ¿Cuál es la situación de aquellos que no siguen los principios de las escrituras, sino que adoran según lo que les dicta su propia imaginación? ¿Están ellos en el plano de la bondad, de la pasión o de la ignorancia?” Krishna responde muy filosóficamente:” Según las modalidades de la naturaleza material que el alma encarnada ha adquirido, su fe puede ser de tres clases: en el plano de la modalidad de la bondad, en el plano de la pasión o en el plano de la ignorancia.” Después, el Señor Krishna, para nuestro bien y para que podamos discernir en las actividades, explica las características de la comida, los sacrificios, las austeridades y la caridad, en función de las tres modalidades de la naturaleza material.
En Europa y Norte América, hay unas personas que se llaman desprogramadores, son gente que trabajan a sueldo y su misión es destruir la fe religiosa de las personas que creen en Dios. Tengo un gran amigo en España, que su padre pagó una gran cantidad de dinero a estos desprogramadores, para que secuestraran a su hijo y lo desprogramaran. Lo llevaron a una cabaña en los Alpes suizos y trataron de destruir su fe religiosa, pero no tuvieron éxito, ¡mi amigo se escapó! Hace tres años atrás estuve en el sur de India en un festival religioso. El festival duraba veinte días; cada día sacaban las deidades sagradas en procesión en un palanquín, todo muy bonito, con mucho colorido, música, etc., miles y miles de peregrinos venían cada día al festival. El último día del festival, que era el día principal, entraron al templo tres millones de personas. Me hacía gracia el pensamiento de que vinieran aquí los desprogramadores, a destruir la fé religiosa de estas personas. Harían el ridículo; querer quitar la fe religiosa de estas personas es como querer quitarle el dulzor al azúcar, la liquidez al agua, o la luz y calor al fuego, ¿esto es posible? No. Hay en la India una historia en relación con que la fe está basada en la experiencia, muy interesante e instructiva: “el gran sabio Narada Muni iba a ver a Dios o Narayana al mundo espiritual. En el camino se encontró a un sacerdote ritualista que le dijo: por favor cuando te encuentres con Dios o Narayana, pregúntale cuántas vidas me quedan de estar aquí en el mundo material. Luego se encontró con un humilde zapatero que le preguntó lo mismo. Narada Muni le preguntó a Dios o Narayana: ¿cuántas vidas le quedan al sacerdote y cuantas le quedan al zapatero de estar en el mundo material? Narayana, Dios contestó: al sacerdote le quedan muchas vidas, pero al zapatero, ésta es su última vida en el mundo material. Narada Muni se quedó muy sorprendido y preguntó: ¿Y cómo es esto, que al sacerdote le quedan muchas vidas y al zapatero solo una? El Señor Narayana respondió: lo entenderás cuando te pregunten: ¿qué estaba haciendo Dios o Narayana en el mundo espiritual ?Tú responderás: estaba pasando un elefante por el agujerito de una aguja. Cuando Narada Muni regresó a la tierra y se encontró con el sacerdote ritualista, éste le preguntó: ¿cuántas vidas te ha dicho Dios o Narayana que me quedan en este mundo material? Narada le respondió: me ha dicho que te quedan muchas vidas. Al oír esto el sacerdote se puso en ira y empezó a romper los potes del sacrificio, las ofrendas, el altar, etc. Cuando se tranquilizó un poco, le preguntó a Narada Muni: ¿y qué es lo que estaba haciendo Narayana o Dios cuando lo viste? Narada respondió: estaba pasando un elefante por el agujerito de una aguja. El sacerdote replicó: Pero, ¡qué tontería es esta! ¿Cómo es posible que un elefante pase por el agujero de una aguja? Eso no es posible. Luego, Narada fue a ver al humilde zapatero. El zapatero le preguntó: que te ha dicho mi señor Narayana o Dios acerca de cuántas vidas me quedan aquí ?Narada le respondió: ha dicho que ésta es tu última vida aquí, y que vas a regresar con El. Al escuchar esto, el zapatero se emocionó. Lágrimas caían de sus ojos, los pelos se le pusieron de punta y tenía temblores por todo el cuerpo; entre sollozos le preguntó a Narada: ¿y qué estaba haciendo mi Señor Narayana o Dios cuando lo visitaste? Narada respondió: Estaba pasando un elefante por el agujerito de una aguja. Al oír esto, el zapatero incrementó su éxtasis espiritual. Narada estaba sorprendido de ver todo esto y le preguntó al zapatero: ¿y tú crees de verdad que Dios o el Señor Narayana puede pasar un elefante por el agujero de una aguja? El zapatero respondió: yo vivo aquí en este árbol baniano (el árbol baniano es un árbol gigante, tan gigante que nadie sabe dónde comienza ni donde termina), y mi Señor Narayana o Dios, ha puesto en una semillita este árbol gigantesco, ¿por qué no debería de creer que Él pueda pasar un elefante por el agujero de una aguja? Narada Muni pensó: esto es fe basada en la experiencia.
