viernes, 8 de junio de 2012

SOBRE LAS DIFERENCIAS DE CULTURAS

 Sobre las diferencias entre la cultura milenaria de la India y la cultura occidental.

En estrictos términos religiosos, ¿cuáles son las diferencias entre la cultura occidental y la inmemorial cultura de la India? La respuesta que hemos encontrado es que en la civilización occidental la mayor parte de sus miembros han encontrado en las enseñanzas de Jesucristo, la inspiración para sus prácticas religiosas. Mientras que los seguidores de la cultura de la India, la inspiración, la base de sus costumbres y creencias la constituye las enseñanzas del propio Dios, Krishna, el padre de Jesucristo y de todas las entidades vivientes.


En las Escrituras sagradas de las grandes tradiciones religiosas del mundo, Dios recibe distintos nombres de conformidad a Sus infinitos atributos, cualidades y obras. En la Biblia se lo llama Jehová, palabra que significa "el omnipotente". El Corán se dirige a Él mediante el uso de la voz Alá, que quiere decir "el más grande". Y en la Bhagavad-gita, el texto religioso más importante de la cultura hindú, a Dios se le da el nombre de Krishna, que significa "el Supremamente Atractivo y La Hermosa Realidad".


Ahora bien, el comentario anterior puede que dé lugar a una nueva pregunta: ¿Por qué Jesucristo no reveló a sus discípulos la identidad de Dios? ¿Por qué sólo Lo llamo "Padre"? La respuesta se encuentra en la mismas Escrituras cristianas. En el curso de una predicación a sus seguidores íntimos, Jesús les dijo: "Aún tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis comprender" [Juan16.12]. Adicionalmente, Jesucristo le dijo a Nicodemo: "Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo habréis de creer si os dijera las espirituales? [Juan, 3.12]. Y en otro pasaje más, Jesús afirma: "Estas cosas os he hablado en proverbios, pero la hora viene cuando ya no os hablaré más en proverbios sino que claramente os hablaré del Padre". [Juan 16.25].


Otra diferencia que podemos apreciar entre la cultura occidental y la milenaria cultura de la India, es que en el Occidente incluso hasta el hombre más culto de todos, un supuesto erudito que tiene colgados en su sala de estar un montón de títulos, diplomas, condecoraciones, etc., diariamente pone en práctica la filosofía contendida en el refrán "muerto al hoyo, y el vivo al bollo". En otras palabras, la mayoría de los occidentales son materialistas que no creen que seguirán viviendo después de la muerte. Por lo tanto, se afanan día y noche para procurarse los placeres de la carne, y relegan la religión al último lugar en su lista de prioridades. Para tales hedonistas, la religión es pura formalidad, y no una primera necesidad.


Por el contrario, en la India, todo el mundo, desde un albañil hasta la persona más culta se rige por una mentalidad que se puede resumir en los siguientes términos: "Tengo seguir la ley de Dios y actuar de una manera piadosa, porque si no lo hago, sufriré tanto en esta vida como en la próxima". Gracias a los principios religiosos que de generación en generación les han enseñado sus superiores, los hindúes piensan de esta forma. En especial, para ellos la rencarnación es un hecho palpable e innegable.


Según fuentes autoritativas, el conjunto total de enseñanzas espirituales o Escrituras sagradas de la India, consta de diez mil millones de versos. Estas Escrituras son los Vedas. En el idioma sánscrito, "veda" significa conocimiento, la verdad revelada que Dios da a los hombres mediante Su mensajero divino. Los libros sagrados base de este patrimonio espiritual son conocidos como los cuatro vedas: Rig-veda, Yajur-veda, Sama-veda y Atharva-veda. Los Upanisads y el Vedanta-sutra también son considerados literatura védica. Desde épocas inmemoriales, dicho conocimiento ha sido transmitido, de maestro a discípulo, en un proceso educativo que se denomina guru-parampara o sucesión discipular. Al principio de la creación material, Krishna o Dios, Le impartió ese conocimiento a Brahma, el primer ser humano, y éste se lo enseñó a Narada. Por su parte, Narada compartió las Escrituras védicas con Vyasadeva, quien posteriormente se las enseñó a Madhvacharya. Y así, de una manera continuada e ininterrumpida, el conocimiento védico se ha preservado y practicado a través del tiempo.


Los propios Vedas afirman que Vyasadeva es la encarnación literaria de Dios. Él compiló toda la biblioteca védica. Puesto que Vyasadeva es una encarnación apoderada de Krishna, el Señor Supremo, a Él no se lo puede comparar con ningún ser humano ordinario que tiene cuatro defectos innatos. Tales defectos, que los adquiere cualquier hombre o mujer tan pronto como entra en el ámbito de la existencia material, son los siguientes: (1) es seguro que siempre cometen errores, (2) siempre están engañados; es decir, su concepción de sí mismos y del propósito de la vida están equivocados, (3) tienen la tendencia a engañar a los demás, y (4) todos sus sentidos son imperfectos. Tenemos que comprender que una encarnación de Dios, por ser completamente espiritual, no tiene ninguno de los defectos mencionados. En consecuencia, todo lo que Vyasadeva dijo o escribió, ha de considerarse perfecto.


Antiguamente, las personas tenían una memoria tan potente, que una vez escuchaban de labios de su maestro espiritual alguna enseñanza, nunca más en la vida la olvidaban. En virtud de sus poderes sobrenaturales, Vyasadeva pudo literalmente observar lo que acontecería en el futuro, y saber que las personas de la actual época tendrían una memoria tan escasa, que el recordar dónde dejaron las llaves del coche o de la casa, sería una proeza intelectual. Por tal motivo, bondadosamente compiló los Vedas.


Luego de recopilar los vedas, Vyasadeva expuso la esencia de ellos en los aforismos conocidos como los Vedanta-sutras. El Srimad-Bhagavatames el comentario que les hizo Vyasadeva a su propio Vedanta-sutra. El texto fue escrito en la madurez de su vida espiritual, bajo la dirección de Narada Muni, su maestro espiritual, El Srimad Bhagavatam es conocido como "el fruto maduro del árbol de la literatura védica." El Srimad-Bhagavatam es la presentación más completa y autoritativa que hay sobre el conocimiento védico.


Después de recopilar el Bhagavatam, Vyasa le inculcó la sinopsis del mismo a su hijo, el sabio Sukadeva Goswami. Posteriormente, Sukadeva Goswami le recitó el Bhagavatam por entero a Maharaja Pariksit, en una reunión de santos eruditos que se realizó en Nueva Delhi a orillas del río Yamuna. Maharaja Pariksit, era el emperador del mundo y un gran rey santo. Habiendo recibido un aviso de que moriría al cabo de una semana, renunció a todo su reino y se retiró a la ribera del río Yamuna, para ayunar hasta el momento de la muerte y recibir iluminación espiritual. El Bhagavatam comienza con la sensata pregunta que el emperador Pariksit le hace a Sukadeva Goswami: "Tu eres el maestro espiritual de grandes santos y devotos, por eso te ruego que nos muestres cual es el camino de la perfección para todas las personas, y especialmente para aquella que está a punto de morir. Ten la bondad de decirme qué es lo que un hombre debe oír, cantar, recordar y adorar, y también lo que no debe hacer. Por favor explícame todo eso."


La respuesta de Sukadeva Goswami a ésta y otras preguntas planteadas por Maharajá Pariksit, referentes a temas que abarcan desde la naturaleza del yo hasta el origen del universo, mantuvo a los sabios reunidos profunda y continuamente atentos, durante los siete días que culminaron con la muerte del rey. El sabio Suta Goswami, que estaba presente en la ribera del Yamuna, cuando Sukadeva Goswami recitó el Srimad Bhagavatam, repitió posteriormente el Bhagavatam ante una reunión de sabios que hubo en el bosque de Naimisaranya. Esos sabios, preocupados por el bienestar espiritual de toda la gente, se habían reunido para ejecutar una prolongada y continua cadena de sacrificios, con el fin de contrarrestar la influencia degradante de la incipiente era de Kali o era actual. En respuesta a la petición delos sabios de que expusiera lo que es la esencia de la sabiduría védica, Suta Goswami repitió de memoria todos los dieciocho mil versos del Srimad Bhagavatam, tal como se los recitara Sukadeva Goswami a Maharajá Pariksit.


Srila Bhaktivedanta Swami Prabhupada es el trigésimo segundo representante del ya mencionado guru-parampara o cadena de maestros espirituales genuinos. Él es el expositor que en el siglo veinte de la actual era, compasiva y magistralmente difundió, sin ninguna alteración, el conocimiento védico original. Srila Prabhupada, como lo llamamos sus discípulos, tradujo por primera vez del sánscrito (y también del idioma bengalí) al inglés diversas obras védicas clásicas, tales como el Srimad-Bhagavatamy el Sri Caitanya-caritamrta, los cuales publicó en 80 volúmenes. En la actualidad, sus escritos sirven de libros de texto en las universidades más prestigiosas del planeta, para cursos relacionados con la filosofía y cultura de la India. Por su parte, sus discípulos y seguidores, a partir de 1968, han distribuido alrededor del planeta más de 500 millones de sus libros, publicados en 150 idiomas y dialectos.

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