lunes, 30 de junio de 2014

LA BONDAD Y LA MALDAD

La bondad y la maldad, por Javier Figuerola

Las buenas personas son bondadosas, tolerantes, amistosas con todos, siempre respetan a todos y nunca quieren que se les respete, son veraces, puras de corazón, conquistan el hambre, la sed, la lamentación y la envidia, no se engañan a si mismos ni a los demás, son felices cuando ven a los demás felices en conciencia de Dios y sufren cuando ven a los demás sufrir y tienen como sus mejores amigos a Dios y a Sus representantes. Te imaginas si nos gobernaran las buenas personas, en un año se terminaba el hambre en el mundo, en un año todos los transtornos ecológicos se terminarían y la madre Tierra estaría muy feliz.

Infelizmente nos gobiernas las malas personas, éstas son intolerantes, sucias de corazón, solo buscan que se les respete y ellos no respetan a nadie, son muy envidiosas y no creen en Dios, ellos mismos piensan que son Dios. Si una persona se asocia con las buenas personas acaba siendo buena persona y si se asocia con las malas personas acaba siendo mala persona, dime con quien andas y te diré quien eres. El otro día le preguntaron a los dos candidatos para presidente del PSOE si creían en Dios, y los dos con mucho orgullo dijeron que no. Recuerdo una charla en Los Ángeles, USA, mi maestro espiritual dijo delante de muchas personas cultas, la mayoría eran Directores de las más prestigiosas Universidades de USA, que aquel que no cree en Dios es un loco, y una de estas personas con mucho respeto le dijo a Srila Prabhupada que lo que acaba de decir me parece muy pesado, no podríamos llamarle tonto o estúpido?, y Srila Prabhupada con su gran humor dijo que la locura es la suma total de todas las estupideces, y todos se rieron de buena gana.

Estoy plenamente convencido de que política material significa la ley del embudo, lo ancho para mí y lo estrecho para los demás. Política espiritual significa que Dios está en el centro y hay un entendimiento y una aceptación de que todos somos almas espirituales eternas, eternos y amorosos sirvientes de Dios, ahí hay bondad pura. Vida material significa complacencia de los sentidos, el egoísmo, yo y lo mío, y vida espiritual significa satisfacer los sentidos trascendentales de Dios, y como yo soy parte y porción de Dios al hacer esto Dios me da felicidad, conocimiento trascendental, eternidad y bienaventuranza ilimitada.

 

 

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