jueves, 10 de noviembre de 2016

BHISMA PANCAKA KI JAYA

Bhisma Pancaka


Los últimos cinco días del mes de Kartika se conocen como Bhisma-Panchaka. El abuelo Bhisma ayunó durante estos cinco días, preparándose para renunciar a su vida.

Bhismadeva en un lecho de flechas

Por su estricto voto de celibato de por vida, Bhismadeva, el más grande guerrero de su tiempo, recibió una bendición de su padre, Santanu, mediante la cual él  moriría sólo por su propia voluntad. Así, aún después de yacer herido por tres días en un lecho de flechas, Bhisma retenía su vida y tenía la mente sana. Durante este tiempo él rechazó toda agua que se le ofrecía. Entonces Arjuna, entendiendo que Bhisma quería beber sólo agua sagrada del Ganges en la hora final de su vida, disparó una flecha al suelo, causando que el Ganges salga y entre a la boca de su amado abuelo.
Bhismadeva fue el valiente ancestro de la dinastía Kuru (en la que aparecieron los Pandavas), el abuelo titular de todos los guerreros en la batalla de Kuruksetra, y el descendiente en jefe del rey Bharata. Al final de la batalla, Bhisma yace en un lecho de flechas, herido fatalmente. Tan solo para darle sus respetos, todas las grandes almas del universo, a saber los brahmanas, los reyes y los risis entre los semidioses, situados todos en la cualidad de la bondad, se reunieron ante él.
Sintiendo temor por haber matado a muchísimos súbditos en el campo de batalla de Kurukshetra, Maharaja Yudhisthira fue al lugar de la matanza. Allí, Bhismadeva yacía en un lecho de flechas, a punto de morir. Los hermanos menores del rey Yudhisthira y el Señor Krishna, también vinieron ante él.
Bhismadeva les dio la bienvenida a todos los grandes y poderosos risis, ya que conocía perfectamente todos los principios religiosos de acuerdo a tiempo y lugar. Y cuando vio a los hijos del rey Pandu sentados cerca en silencio, embargados de afecto por su abuelo moribundo, Bhismadeva los felicitó con sentimiento. Habían lágrimas de éxtasis en sus ojos, porque estaba abrumado de amor y afecto por ellos.

Últimas palabras del señor Bhismadeva

"Que Él, el Señor Sri Krishna, la Personalidad de Dios, quien otorga la salvación, sea mi último destino. En el campo de batalla Él arremetió contra mí, como si estuviera furioso por las heridas causadas por mis afiladas flechas. Su escudo estaba destrozado, y tenía el cuerpo manchado de sangre debido a las heridas"
"Que en el momento de la muerte, mi última atracción sea por Sri Krishna, la Personalidad de Dios. Yo concentro la mente en el auriga de Arjuna, que estaba de pie con un látigo en la mano derecha y una rienda en la izquierda, y quien fue muy cuidadoso en brindarle protección a la cuadriga de Arjuna por todos los medios. Aquellos que lo vieron en el campo de batalla de Kuruksetra, al morir obtuvieron sus formas originales". (...)
"Ahora puedo meditar con plena concentración en ese único Señor, Sri Krishna, presente ahora ante mí, porque ahora he trascendido los erróneos conceptos de la dualidad en relación con Su presencia en el corazón de todo el mundo, incluso en los corazones de los especuladores mentales. Él está en el corazón de todos. Al Sol puede que se lo perciba de diferentes maneras, pero el Sol es uno"
Suta Gosvami dijo: Así pues, Bhismadeva se fundió en la Superalma, el Señor Sri Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, con la mente, el habla, la vista y las acciones, y de ese modo calló, y dejó de respirar.
Sabiendo que Bhismadeva se había fundido en la eternidad ilimitada del Absoluto Supremo, todos los allí presentes callaron, como los pájaros al final del día.
Después, tanto los hombres como los semidioses tocaron tambores en su honor, y la honesta orden real dio comienzo a demostraciones de honor y respeto. Y del cielo cayeron lluvias de flores.
¡Oh, descendiente de Bhrigu [Saunaka]!, después de celebrarle los rituales funerarios al cadáver de Bhismadeva, el pesar se apoderó momentáneamente de Maharaja Yudhisthira.
Entonces, mediante himnos védicos confidenciales, todos los grandes sabios glorificaron al Señor Sri Krishna, quien estaba allí presente. Luego, todos ellos regresaron a sus respectivas ermitas, llevando siempre al Señor Krishna en el corazón.
(Del Srimad Bhagavatam, libros del BBT e Isvara.org)

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