sábado, 30 de abril de 2016

EL ASNO

El asno, por Javier Figuerola o Haripada dasa
Con amor y confianza comparto este bello y práctico verso de El Srimad Bhagavatam,  2.3.19, es la traducción y  parte del significado de Srila Prabhupada nuestro maestro espiritual. Traducción:
 Los hombres que son como los perros, los cerdos, los camellos y lo asnos, alaban a aquellos hombres que nunca escuchan las narraciones de los pasatiempos trascendentales de Dios o Krishna, el que libra de todo mal.
Parte del significado:
El asno es un animal célebre como el tonto más grande de todos, incluso entre los animales. El asno trabaja muy duro y lleva cargas de gran peso, sin sacar provecho para sí mismo. La vida humana es para conseguir valores. Esta vida se denomina arthadam, o aquello que puede proporcionar valores. Y, ¿ cuál es el mayor valor que se puede conseguir en la vida? El de regresar al hogar, de vuelta a Dios, tal como se indica en El Bhagavad-gita, (8, 15 ). El egoísmo de uno debe de tener por objetivo el ir de vuelta a Dios. El asno no sabe lo que le conviene, y trabaja con mucho ahínco sólo para los demás. Una persona que trabaja mucho sólo para los demás, olvidando el bien personal que puede conseguir en la forma humana de vida, es como el asno. En El Brahma-vaivarta Purana se dice que la vida humana es tan importante, que incluso los semidioses de los planetas superiores a veces ambicionan tener un cuerpo humano en esta Tierra, porque únicamente en el cuerpo humano puede uno ir de vuelta a Dios fácilmente. Si a pesar de haber obtenido un cuerpo tan importante, uno no restablece la relación eterna que  tiene con Govinda, el Señor Krishna, relación que está perdida, sin duda que uno es un necioque ha olvidado lo que le conviene. Este cuerpo material con forma humana se obtiene por medio de un proceso  gradual de evolución de un cuerpo a otro, en el ciclo de 8,400.000 variedades de vida. Y el pobre hombre, olvidando lo importante que es su propio bien, se enreda en muchísimas ocupaciones ilusorias para elevar la posición de los demás, como líder de la emancipación política y del desarrollo económico. No hay nada de malo en tratar de lograr la emancipación política o el desarrollo económico, pero uno no debe olvidarse del verdadero objetivo de la vida, todas esas actividades filantrópicas deben ser acopladas para el regreso a Dios. Aquel que no sabe esto es como el asno, que trabaja sólo para los demás, sin pensar ni en el bien de ellos ni en el suyo propio. Por lo general, el asno es utilizado por el lavandero, cuya posición social no es muy respetable. Y la cualidad característica del asno es que está muy acostumbrado a ser pateado por el sexo opuesto. Cuando el asno mendiga una relación sexual, es pateado por el sexo débil, mas, no obstante, sigue a la hembra en pos de su placer sexual. Así pues, un hombre que está dominado por su mujer, se dice que es como el asno. La generalidad de la gente trabaja mucho, especialmente en la era de Kali. En esta era el ser humano está dedicado de hecho al trabajo del asno, llevando pesadas cargas y conduciendo vehículos de tracción humana. El supuesto avance de la civilización humana ha ocupado al ser humano en el trabajo del asno. Los obreros de las grandes fábricas y talleres también están dedicados a ese trabajo pesado, y después de trabajar mucho durante el día, el pobre obrero tiene que ser pateado de nuevo, esta vez por el bello sexo, no sólo en aras del disfrute sexual, sino también por muchos asuntos hogareños.
 Así que, la categorización que el Śrīmad-Bhāgavatam hace del hombre común que carece de toda iluminación espiritual, ubicándolo en la sociedad de los perros, los cerdos, los camellos y los asnos, no es en absoluto una exageración. Los líderes de esas ignorantes masas de gente puede que se sientan muy orgullosos de ser adorados por ese gran número de perros y cerdos, pero eso no es muy halagador. El Bhāgavatam declara abiertamente que, aunque una persona sea un gran líder de esa clase de perros y cerdos disfrazados de hombres, si no siente agrado en ser iluminado en lo referente a la ciencia de Krishna, semejante líder es también un animal, y nada más. Puede que se lo designe como una animal fuerte y poderoso, o como una animal grande, pero en opinión del Śrīmad-Bhāgavatam nunca se le da un lugar en la categoría de los hombres, por su atea forma de ser. O, en otras palabras, esos ateos líderes de perros y hombres cerdos son animales más grandes, con las cualidades de los animales en una mayor proporción.
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