domingo, 18 de mayo de 2014

LA ENVIDIA

Por la misericordia de Srila Prabhupada, entendemos y aceptamos aquí que una persona envidiosa es incapaz de darse cuenta de su propia envidia. SB 4.2.9

śrūyatāṁ brahmarṣayo me
saha-devāḥ sahāgnayaḥ
sādhūnāṁ bruvato vṛttaṁ
nājñānān na ca matsarāt


Palabra por palabra:

śrūyatām — escuchad; brahma-ṛṣayaḥ — ¡oh, sabios entre los brāhmaṇas!; me — a mí; saha-devāḥ — ¡oh, semidioses!; saha-agnayaḥ — ¡oh, dioses del fuego!; sādhūnām — de las personas educadas; bruvataḥ — hablar; vṛttam — los modales; na — no; ajñānāt — por ignorancia; na ca — ni; matsarāt — por envidia.

Traducción:

Escuchadme todos con atención, ¡oh, sabios, brāhmaṇas y dioses del fuego aquí presentes! Escuchadme, por favor, pues hablo de los modales de las personas educadas, y no lo hago por ignorancia ni por envidia.

Significado:

Para hablar en contra del Señor Śiva, Dakṣa trató de serenar los ánimos de la asamblea obrando con mucho tacto al exponer que iba a hablar acerca de los buenos modales, aunque esto, claro está, tal vez molestase a ciertos advenedizos maleducados y tal vez provocase el malestar de la asamblea, pues sus miembros no deseaban que nadie fuese ofendido, ni siquiera las personas maleducadas. En otras palabras, tenía plena conciencia de que estaba hablando en contra del Señor Śiva a pesar del carácter intachable de éste. En cuanto a la envidia, estaba envidioso del Señor Śiva desde el mismo principio; por esa razón, era incapaz de darse cuenta de su propia envidia. Aunque habló como un hombre influido por la ignorancia, quiso velar sus afirmaciones diciendo que no hablaba movido por la envidia y la insolencia.

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