domingo, 18 de noviembre de 2012

LA FELICIDAD

La felicidad, por Javier Figuerola.
En las Escrituras sagradas de la India se dice que nosotros no somos los cuerpos materiales temporales, sino que somos almas espirituales eternas, y nuestra naturaleza es que somos buscadores eternos de placer. Hay una escritura sagrada que se llama el bhakti rasamrita sindu o el gran océano del néctar de la devoción a Dios, ahí se dice que hay tres clases de felicidad, 1 es la complacencia de los sentidos, uno hace sexo, se bebe una copa de vino, se come una buena carne, se intoxica con drogas, o con tabaco, etc, esa felicidad está también al alcance de los animales, 2 la felicidad que uno experimenta al entender que yo no soy el cuerpo material temporal, sino un alma espiritual eterna, y 3 la felicidad devocional, la felicidad que experimenta el alma espiritual en su relación de amor y servicio hacía el alma suprema o Dios. El resultado de experimentar la felicidad de la complacencia de los sentidos es que uno nunca queda satisfecho, y en esa clase de felicidad existe la ley de la saciedad, uno se cansa, masticar lo ya masticado, el resultado de experimentar la felicidad de entender que yo no soy el cuerpo material temporal sino un alma espiritual eterna es que uno nunca se lamenta ni desea nada y ve a todas las entidades vivientes como partes y porciones del alma suprema o Dios y aprende a respetar a todos, y el resultado de experimentar la felicidad devocional, la felicidad que surge de la relación personal del alma espiritual llena de amor y servicio hacía el alma suprema o Dios es eterna y siempre incrementa, al experimentar esta clase de felicidad o gusto superior uno nunca cae a las otras dos clases de felicidades. Dios o la persona suprema nos ha dado un regalo incomparable, EL LIBRE ALBEDRÍO, el alma puede elegir cual de las tres clases de felicidad experimentar, Dios nunca interfiere en el libre albedrío de las almas, si un alma quiere ir de vuelta a cada de vuelta a Dios, Dios la ayuda, Dios ayuda a aquellos que se ayudan, y si un alma quiere irse al infierno, ¿Qué puede hacer Dios?, es el deseo del alma irse al infierno. La idea es que Dios es una persona llena de bondad pura, y a El le gustaría que todos fuéramos felices, pero por imposición nada funciona, tu tienes que demostrale a Dios que tienes interés en llevar una vida sana y pura, y que estás ya cansado de engañarte a ti mismo y a los demás, y cuando Dios que lo sabe todo y está en tu corazón ve esto, hace todos los arreglos para enviarte a sus devotos para que te ayuden, y ¿Cuál es el síntoma básico de un devoto puro y genuino de Dios?, que siempre está pensando hacer el bien a los demás sin querer nada a cambio. La conclusión de todo esto es que tu eliges cual de las tres clases de felicidad quieres experimentar. Te deseo que seas feliz eternamente.

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