Glorias a Srila Jayananda Prabhu
Celebramos la desaparición de Srila Jayananda Prabhu, comparto esta
glorificación de Jayananda Prabhu, este gran devoto es el ejemplo del discípulo
perfecto de Srila Prabhupada, este gran devoto será una gran inspiración para
futuras generaciones de devotos de Srila Prabhupada y de Krishna, tal como yo
lo entiendo, la esencia de esta gran alma es que todo lo que hizo era para que
Srila Prabhupada fuera feliz, y nunca hizo nada que disgustara a Srila
Prabhupada, él no era político, este me cae bien, es mi amigo, este me cae mal,
es mi enemigo, era humilde, tolerante y el amigo de todo el mundo, y nunca
criticó a nadie, Srila Prabhupada dijo que estoy muy orgulloso de haber tenido
un discípulo tan bueno como Jayananda prabhu, todos deben seguir su ejemplo,
este gran devoto disfrutaba sirviendo a Srila Prabhupada y a Krishna y a todo
el mundo, y esa es la perfección de la conciencia de Krishna, eso solo se puede
hacer cuando uno ha despertado su gran amor por Srila Prabhupada y por Krishna.
Tal como yo lo entiendo, solo las personas que han sacrificado sus vidas para
hacer feliz a Srila Prabhupada, pueden recibir la misericordia de Krishna, si
quieres ver un video sobre Jayananda Prabhu este es el enlace:
https://www.youtube.com/watch?time_continue=568&v=f1yfcamhTT0
Sri Jayananda Thakur (1939-1977)
Tras la serie de notas
anteriores sobre diversos aspectos del Jagannatha-lila y del Ratha-yatra que se
celebra en estas fechas, consideré justo publicar algo en homenaje a nuestro
estimado hermano espiritual Sri Jayananda Thakur, un querido discípulo de Srila
Bhaktivedanta Swami Prabhupada. Con su admirable esfuerzo pionero, él
contribuyó enormemente a la celebración de los festivales del Ratha-yatra,
siendo querido por todos los devotos y reconocido por Srila Prabhupada.
Las traducciones que siguen a
continuación, tras mi introdución de este documento, de algunos fragmentos
biográficos sobre Jayananda Prabhu, son parte de un par de libros dedicados a
su vida de servicio y de otras referencias citadas dentro del contexto. Como
complemento gráfico de esta nota en su homenaje, la acompañan varias fotos
especiales que servirán de complemento visual para que los lectores aprecien
justamente, la dimensión espiritual de la vida y el servicio rendido por
Jayananda Thakur, “el rey del Ratha-yatra”.
Jayananda Prabhu (Jim Kohr)
fue un discípulo muy dedicado de Srila Prabhupada que ayudó a introducir el
festival de Ratha-yatra (festival de las carrozas del Señor Jagannatha) en
Occidente, comenzando por USA. Fue el pionero de la construcción de los carros
del Ratha-yatra, cuyo primer festival se celebró en San Francisco en 1967 y
Jayananda fue quien construyó los carruajes con un grupo de devotos que
trabajaban bajo su experta dirección. Aunque en esos tiempos no era sannyasi,
era muy respetado en la misión de Srila Prabhupada. Por su esfuerzo pionero en
los festivales del Ratha-yatra en varias ciudades de U.S.A. Jayananda fue
conocido como “Mr. Ratha-yatra”.
Su humildad era excepcional y aun después de ser reconocido por todos y
por Srila Prabhupada, continuaba limpiando las ollas y la cocina para los demás
devotos, sacando la basura, y haciendo todo lo que fuese necesario. Aunque el
tenía un grado de ingeniero, renunció a eso para ser un conductor de taxi
porque no podía relacionarse con la sociedad materialista. El era muy sobrio y
maduro. Y con su trabajo de taxista mantuvo el templo de San Francisco, siendo
el presidente del templo mientras trabajaba como taxista.
Él era incansable, trabajando hasta veinte horas por día cuando era
necesario. Y sabía como dirigir a las personas y ocuparlas prácticamente. Su
humildad era excepcional. En una occasion, un devoto (llamado Sankarsana) vio a
Jayananda en la calle y le ofreció sus reverencias. Y Jayananda allí mismo en
la calle, se postró y le regresó sus reverancias sin nisiquiera conocerlo.
Aun después de ser reconocido por todos y por Srila Prabhupada como un
gran ejemplo, Jayananda continuaba limpiando las ollas y la cocina para los
demás devotos, sacando la basura y haciendo todo lo que pudiera hacer. Para
saber más acerca de este gran santo se recomienda leer el libro Radha-Damodara
Vilasa, escrito por P. Vaiyasaki Dasa
(por el momento, disponible sólo en inglés). Otro libro es A day in the life of
Jayanada Thakur, de Vishoka dasa.
Aunque entre los discípulos de Srila Prabhupada, hay muchos otros santos
y héroes no alabados, la gran personalidad de Jayananda Thakur se destaca como
un discípulo ejemplar, como pionero del Ratha-yatra, por su entrega a
Prabhupada, por su austeridad, su humildad, por sus realizaciones espirituales
y ser querido por todos. Su puesto de honor, reconocio por Prabhupada, ocupa
por ello un lugar muy destacado entre sus otros discípulos y discípulas,
algunos de los cuales ya partieron de este mundo para reunirse con Srila
Prabhupada en sus pasatiempos eternos.
Al establecer la conciencia de Krishna en todas partes, Srila Prabhupada
hizo realidad esa profecía de Mahaprabhu y también el deseo vaticinado por
Srila Bhaktivinoda Thakur, cuando dijo que llegaría el día en que los devotos
de Occidente y los devotos bengalíes se reunirían en la tierra del Señor
Chaitanya y en todas partes para bailar extáticamente y cantar junto “¡Hari
Bol! ¡Hari Bol!”. Eso ya se cumplió milagrosamente en los pasatiempos
manifestados de Srila Prabhupda, y con un éxito sin precedentes, más allá de lo
que pudieron suponer sus propios hermanos espirituales y los Vaisnavas de todo
el mundo.
Al cumplir magistralmente la orden que le fue dada por su maestro
espiritual, Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakur, estableciendo la misión
internacional de la conciencia de Krishna en tan solo doce años de servicio
puro ininterrumpido alrededor del globo, Srila Prabhupada consolidó el mensaje
de los previos Vaisnava acharyas que representaba genuinamente. Jayananda
Prabhu y muchos otros discípulos notables fueron grandes factores para el
establecimiento de esa divina misión de sankirtana.
Como dijo Srila Prabhupada, el Sri Jagannatha no es sólo Purinatha, el
Señor adorado en Puri-dhama, sino el Señor de todo el Universo, donde ahora es
conocido y adorado por millones de devotos. A pesar de ese deseo del propio
Jagannatha-deva de salir de Puri para que se celebre Su Ratha-yatra en todo el
mundo, tal como quería Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati, en su templo original
de Puri aún no se permite la entrada a quienes no son “hindúes”, a pesar de ser
devotos de Jagannatha.
El 19 de Mayo de 1934, en el
antiguo templo del Señor Alalanatha cerca de Puri, en Orissa, el cual hemos
visitado, Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakur, hizo la siguiente declaración
profética:
“Debemos llevar al Señor
Jagannatha en un avión a Eastbourne, Londres. Allí aparecerán Alalanatha,
Gaudiyanatha y Gopinatha. Debemos instalar la Deidad de Sri Chaitanya
Mahaprabhu en todas partes del mundo, de otra manera no habrá nada auspicioso
para la raza humana”.
Esta otra visión profética fue cumplida por su discípulo Srila
Bhaktivedanta Swami Prabhupada, nuestro amado maestro espiritual y
Fundador-Acharya de la Sociedad Internacional para la conciencia de Krishna (ISKCON).
Por orden de su guru, Srila Prabhupada fue en 1965 a predicar a Occidente, y
llegó a Nueva York para establecer su misión. Dos años después, instituyó el
primer festival de Ratha-yatra en San Francisco, siguiendo lo que había hecho
temprano en Calcuta durante su infancia. Y Jayananda Prabhu fue un pilar
esencial para la celebración de todos los Ratha-yatra. Desde el primer festival
que se celebró en San Francisco en 1967, hasta sus últimos días ya postrado en
cama y enfermo por la Leucemia, Jayananda Thakur fue el eje fundamental para la
realización de esa magno servicio, hasta que desapareció el 1 de Mayo de 1977.
Jayananda también ejemplificó que, para alcanzar la perfección
espiritual, lo que importa es la sinceridad de un discípulo y la intensidad de
su entrega al maestro espiritual. En tan sólo 10 años de servicio devocional
puro sirviendo las instrucciones de Prabhupada sin desviación (vani-seva),
Jayananda alcanzó el éxito que aspiran todos los devotos. El bhakti es la cuna
del bhakti y, evidentemente, debe entenderse que además de haber sin duda
recibido la misericordia sin causa del maestro espiritual (guru-kripa), tales
mahatmas son muy raros y seguramente vienen de la práctica del bhakti en vidas
anteriores, o por el deseo del Señor, para asistir la misión y los pasatiempos
de Sri Gurudeva.
Más allá del limitante concepto corporal, ajeno a las verdaderas
enseñanzas de Sri Chaitanya Mahaprabhu y Sri Nityananda Prabhu, quienes
deseaban inundar a todo el mundo en Kali-yuga con el prema-sankirtana, que
comenzó en Srivas-angam, la comprensión cabal de la conciencia de Krishna está
más allá de toda consideración relativa al cuerpo, casta, condición social,
color, status material, credo o filiación religioso, porque el Bhagavata-dharma
que es el credo de los Vaisnavas seguidores de Mahaprabhu, es la eterna
ocupación (sanatana-dharma) de las entidades vivientes (jivas) como eternas
sirvientes de la Suprema Personalidad de Dios, Bhagavan Sri Krishna, Sri
Jagannatha, el Señor de universo.
Es por ello que Srila Bhaktivinoda Thakur expresó claramente en su libro
Jaiva-dharma, que la ocupación eterna de la jiva es el Vaisnava-dharma, el cual
está por encima de consideraciones materiales relativas al cuerpo, nación y/o
indiosincracia particular, porque el sentido absoluto del servicio devocional
no depende de concepciones corporales. Ese es el mensaje esencial que debe
entenderse en las enseñanzas trascendentales de Sri Chaitanya Mahaprabhu.
Al iniciar a discípulos de todo el mundo y convertirlos en sinceros devotos
del Señor, como Jayananda Prabhu, Srila Prabhupada mostró su gran misericordia
sin causa para con las almas condicionadas más caídas, tanto en Occidente como
en todas partes, porque incluso en India, tierra del dharma, desde el tiempo de
Bhaktisiddhanta Sarasvati y su padre, Srila Bhaktivinoda Thakur, muchos de sus
nativos estaban confundidos por las influencias del imperio británico, lo cual,
a pesar de los esfuerzos de nuestros grandes acharyas del siglo XIX y XX por
contrarrestar tales tendencias, siguió ocurriendo aún después de que la India
conquistara su “independencia”, liberándose del yugo imperialista por los
esfuerzos de Gandhi y de un pueblo unido. Sin embargo, la verdadera
independencia, es la liberación de los apegos, deseos, concepciones materiales,
y consideraciones relativas basada en las nociones temporales de “patriotismo”,
“religión”, “políticas y enfoques socio-económicos”, etc., los cuales son todos
factores de orden material, que nada tienen que ver con la verdadera
emancipación del ser ni la liberación del yugo de la energía ilusoria.
Al proseguir la gran labor emprendida por preceptores Vaisnavas
predecesores, nuestro guru Maharaj, Srila Bhaktivedanta Swami Prabhupada, fue
un acharya ejemplar y revolucionario que supo adaptar sin desviaciones el
siddhanta Gaudiya Vaisnava, de acuerdo al tiempo, el lugar y las circunstancias
históricas que le tocó enfrentar para consolidar su divina misión de prédica a
nivel internacional.
Si no hubiera sido por ese esfuerzo titánico, incomparable y magnánimo
de Srila Prabhupada, nadie conocería actualmente de manera tan idónea la
conciencia de Krishna, ni tampoco podría participar en los maravillosos
festivales del Ratha-yatra en muchas partes del mundo. Y debe también
entenderse que, todos los respetables devotos mayores de India (sannyasis y/o
dirigentes de otras misiones de la Gaudiya Math), que han podido venir a
Occidente a predicar tras la partida de Srila Prabhupada, no hubieran tenido ni
el recibimiento ni la aceptación de su prédica, sino hubiera sido por la labor
consolidada de nuestro guru maharaja.
Al establecer la conciencia de Krishna en todas partes y sembrar en los
corazones de sus discípulos la semilla del bhakti-siddhanta, ninguno de los
Vaisnavas que han viajado fuera de India, donde sólo tenían algunos templos,
escasos seguidores locales, y misiones relativamente tímidas y sin experiencia
en una gran prédica a nivel internacional, hubiera tenido la aceptación y el
éxito relativo que les ha permitido extender algunas filiales en ciertas
partes, publicar ciertas obras y reunir a nuevas personas atraídas por su
presencia. Aunque todos somos parte del árbol de Chaitanya Mahaprabhu, que
tiene diferentes ramas, y somos devotos de la familia rupanuga-vaisnava, sin la
incomparable labor pionera de nuestro Srila Prabhupada, quien supo ajustar
expertamente la conciencia de Krishna en los países occidentales repletos de
almas caídas, nadie hubiera podido actualmente recoger los frutos sembrados por
su divina misión y su prédica trascendental.
Es mi deber como su discípulo fiel, puntualizar todo lo anterior, para
que sea debidamente reconocida la posición de Srila Prabhupada como
Visva-acharya (jagad-guru) y pativa-pavana, el salvador de los más caídos,
algunas veces relativizada por quienes no conocen la indiosincracia espiritual
de su divina misión ni el carácter trascendental de Prabhupada como un gran
acharya, eterno devoto puro del Señor. Digo esto con todo el respeto por otros
sinceros Vaisnavas.
Por arreglos del Señor, desde que Prabhupada salió de India en 1965 para
cumplir con la instrucción de su maestro espiritual, hasta que abandonó este
mundo en Vrindavana en 1977, en esos doce años de prédica internacional nos
unimos a Su Divina Gracia muchos discípulos que recibimos su misericordia sin
causa. Todos ayudamos humildemente en la difusión de su misión mientras
Prabhupada estuvo presente entre nosotros.
Eso sigue todavía ocurriendo a través de los sobrevientes que aun
quedamos, como extensiones magnánimas de
su gran misericordia sin causa. También se manifiesta a través de las nuevas
generaciones de devotos, prabhupananugas ligados de alguna manera a sus
discípulos directos, o bien nuevos seguidores iluminados por sus obras y la
prédica de sus devotos en todo el mundo. Con todo eso se han beneficiado
incluso Vaisnavas de gran calibre, que han salido de India para proseguir la
prédica del movimiento de sankirtan de Sri Chaitanya deva, encontrando un
terreno fértil gracias a la misericordia de Srila Bhaktivedanta Swami
Prabhupada. Jayananda Thakur fue depositario de esa kripa, y al traducir estos
los siguientes fragmentos biográficos, he querido rendir un humilde homenaje a
este gran discípulo, a veces llamado “Mr. Ratha-yatra”.
Debido a la misericordia sin causa de Srila Prabhupada, el Señor Jagannatha
es ahora famoso en todo el mundo. El Ratha-yatra se ha vuelto una celebración
popular en casi todas las grandes ciudades como Londres, Nueva York, París, San
Francisco, Los Angeles, Roma, Zurich, Sydney, Vancouver, Toronto, Montreal,
Denver, Washington, New Jersey, Detroit, Seattle, Calcuta, Delhi, México, Río
de Janeiro, Budapest, Guadalajara, Durban, Melbourne, Moscú, etcétera.
Jayananda Thakur fue un factor elegido por Krishna para consolidar los
festivales del Ratha-yatra en varias ciudades de Norteamerica. Nuestra deuda
con él es grande. Yo considero que, sea cual fuere la misión vaisnava que
celebre en Occidente el Ratha-yatra, no sólo en ISKCON, debería llevar en el
carro del Señor Jagannatha una imagen apropiada de Jayananda Takhur. Como muestra
de agradecimiento, la nobleza de todo Vaisnava libre de envidia obliga a
reconocer el servicio pionero de nuestro querido hermano espiritual Sri
Jayananda Thakur. Eso será bueno para todos y de seguro complacerá al Señor
Jagannatha, porque como dice el Visnu Purana, “quien dice ser Mi devoto, no es
realmente mi devoto. A aquel que se considera devoto de mi devoto, Yo lo
reconozco realmente como Mi devoto”.
Sri Jagannatha no es sólo Puri-natha, el Señor de Puri-dhama, su lugar
sagrado, sino el Señor (natha) de todo el Universo (jagat). Esa visión sectaria llevó a que Srila
Prabhupada dijera que si a sus discípulos occidentales no se les permitía el
dharsan de las deidades de Jagannatha, Baladeva y Subhadra en el templo de
Jagannatha-Puri, el tampoco entraría más allí. Por el deseo de Sus devotos
puros, Jagannatha salió de ese templo para ser adorado y celebrar su festival
del Ratha-yatra en todas partes del planeta Tierra.
En una carta de Srila Prabhupada del 11 de Mayo de 1977 dirigida a
Rameshvara expresa lo siguiente sobre su querido discípulo Jayananda:
“La muerte de Jayananda es
gloriosa. Es muy bueno lo que él ha dicho, cuál es el uso de un cuerpo inútil,
mejor es abandonarlo. El ha dejado su cuerpo muy maravillosamente y ha sido
transferido a Vaikuntha. Ya he enviado una carta de condolencia para que sea
publicada en Back To Godehead. Todos deben seguir el ejemplo de Jayananda. Yo
estoy muy orgulloso de haber tenido tan buen discípulo. La imagen de Jayananda
debe ser colocado en el Ratha del Señor Jagannatha, y en todos los templos debe
ser colocada para celebrar un festival en su honor, tal como lo hacemos en el
día de la desaparición de otros grandes Vaisnavas…”.
Tras padecer la penosa enfermedad de leucemia que lo postró y disminuyó
la gran fortaleza de su cuerpo, quedando finalmente en una silla de ruedas,
Jayananda desapareció glosiosamente el 1
de Mayo de 1977. Él se unió al movimiento de conciencia de Krishna en 1967,
justo en sus comienzos, y abandonó el planeta unos pocos meses antes de Srila
Prabhupada, quien partió desde Vrindavana a sus pasatiempos eternos, el 14 de
noviembre de 1977.
Como veremos en las siguientes recopilaciones biográficas que he
traducido para el conocimiento de los devotos hispanos, que Jayananda se fuera
antes que Srila Prabhupada, fue un arreglo de Krishna para que nuestro querido
maestro espiritual reconociera en vida su profunda gratitud y su afecto por su
discípulo ejemplar Jayananda, “el rey del Ratha-yatra”, quien en tan sólo diez
años de infatigable entrega al servicio de Sri Guru y Sri Krishna-Jagannatha,
alcanzó la perfección espiritual, porque como dijo Prabhupada, Jayananda fue al
mundo espiritual de Vaikuntha y su aparición y desaparición debería ser
celebrada en el calendario devocional como se hace con otros grandes santos
Vaisnavas. Además, Prabhupada dijo que la foto de Jayananda debía ponerse en el
carro de Jagannatha en todos los Ratha-yatras de ISKCON que se celebraran en
cualquier parte del mundo.
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Jayananda Dasa – Un santo moderno
Recuentos biográficos de Kalakantha dasa,
El 16 de Enero de 1967, Srila
Prabhupada voló de Nueva York a San Francisco para inaugurar allí el templo
Hare Krishna. Su llegada fu cubierta por
el Canal de televisión Four News y por los periódicos locales. Mientras la
mayoría de San Francisco quizá ignoraba la historia, un hombre joven llamado
Jim Kohr la advirtió. A pesar de tener un título de ingeniero mecánico de Ohio
State University, había estado conduciendo un taxi en las calles de San Francisco.
Sin haber sido nunca capaz de encajar en el conglomerado de los de clase alta,
él era a menudo infeliz y realmente no supo por qué. Aunque Jim no era una
persona religiosa, el artículo encendió en él un rayo de esperanza. Y decidió
ir a ver al Swami de la India.
Sin saberlo, Jim estaba dando el primer paso para cumplir su destino.
Aunque él viviría durante sólo otros diez años, en ese corto tiempo
testimoniaría la culminación de vidas de esfuerzo espiritual. Él partiría del
mundo dejando tras de sí muchas valiosas lecciones para inspirar e instruir las
presentes y las futuras generaciones de Vaisnavas, los devotos del Señor.
La tarde siguiente, Jim llegó al templo para encontrarlo llenó
principalmente de hippies. El se destacaba por su pelo corto, su aseada
apariencia y su ajustada ropa. Y a la edad de 28 años, él era más viejo que la
mayoría de los otros que estaban allí. Pero los recelos de Jim desaparecieron
cuando vio entrar al Swami, Jim se sentó a escuchar la conferencia y compró un
juego de tres volúmenes del Srimad-Bhagavatam que Srila Prabhupada le dedicó
con la inscripción “A Sriman Jim Kohr”. Por primera vez en muchos años, Jim se
sentíó pacífico. Él había recibido la audencia de su eterno maestro espiritual.
Jim comenzó a ir regularmente al templo. Le gustó sobre todo el programa
de la mañana, cuando la mayoría de los hippies todavía estaban durmiendo. A
veces él sería la única persona en la clase. Años después, él reveló que él
confió en el Swami y creyó que no lo engañarían. Una vez, cuando tenía cuatro
años, Jim se había puesto de pie en la iglesia y estaba mirando alrededor
ansiosamente. Cuando su abuela le preguntó que le pasaba, él le preguntó:
“Dónde está Dios”. Ahora él sentía que Srila Prabhupada estaba respondiendo esa
vieja pregunta enterrada profundamente en su conciencia. En febrero de 1967,
Prabhupada aceptó a Jim como su discípulo y lo inició con el nombre de
Jayananda Dasa.
En las Escrituras Vaisnavas, tales como el Madhurya-kadambini de Srila
Visvanatha Cakravarti Thakura, aprendemos que antes de alcanzar amor espontáneo
por Dios, el alma condicionada progresa a través de los estados del
sadhana-bhakti (la práctica devocional). Los nuevos bhaktas (devotos) en el
templo de San Franciso, tenían con frecuencia problemas con sus deseos
materiales y sus prácticas espirituales diarias, cayendo dentro y fuera de la
conciencia de Krishna.
Sorprendentemente, nadie recuerda a Jayananda en el papel de un “nuevo
bhakta”. Él tomó naturalmente y fácilmente la conciencia de Krishna. Le gustaban
todos los aspectos de la conciencia de Krishna —cantar sus rondas de japa,
cantar en el kirtana, comer prasada, realizar la adoración de la Deidad, y todo
lo demás. Él comentaría a menudo: “La conciencia de Krishna es muy dulce”.
De hecho, Jayananda encontró la conciencia de Krishna tan dulce que
pronto perdió el sabor por todo lo demás. Él le dio a Srila Prabhupada los
ahorros de toda su vida, y en el Prólogo a El Néctar de Devoción, Prabhupada le
agradeció públicamente: "Deseo reconocer, con gratitud, la contribución
hecha por mi querido discípulo Sriman Jayananda Brahmacari”.
Pagando las cuentas
Jayananda se absorbió en el
servicio devocional práctico. Él constantemente estaba sirviendo al Señor, bien
fuera comprando los suministros, cocinando el prasada, limpiando la cocina,
sacando la basura, o enseñando a los nuevos devotos. Él hacía todo eso después
de un día lleno de trabajo como chofer de taxi, medianto lo cual pagaba todas
las facturas del templo. Él se volvió un experto en todo lo que se necesitaba
para difundir la conciencia de Krishna. Él salió a vender Las Enseñanzas del
Señor Chaitanya de Srila Prabhupada, volviéndose un pionero en un servicio
estimado por Prabhupada —la distribución pública de libros empastados de la
conciencia de Krishna.
En el día de la aparición del Señor Chaitanya, Srila Prabhupada estaba
muy contento de ver a Jayananda realizando espontáneamente kirtana en la calle
fuera del templo. Entonces, animado, Jayananda empezó a cantar regularmente con
otros devotos en las calles más concurridas, estableciendo los pilares para los
grupos de canto que pronto viajarían por todo el país.
Tantos los devoto como otras personas quedaron instintivamente atraídas
por la pureza de Jayananda. Una vez, cuando le ofreció una guirnalda a Srila
Prabhupada, se disculpó por su ropa grasienta. Srila Prabhupada comentó: “No
hay ninguna ofensa absolutamente. Ustedes mis discípulos pueden estar sucio,
pero sus corazones son puros”.
Jayananda tocó los corazones de muchas personas, y ellos normalmente
respondieron haciendo algún servicio para Krishna. Él conseguía casi todo
gratis para el templo o a un considerable descuento. Él era amigos de los
tenderos, los policías de la ciudad, los borrachos, los infieles y los
marginales indigentes. Todos querían a Jayananda, y él comprometió a todos
alegremente en el servicio del Señor. Él trabajó más duro que nadie, pero alabó
el servicio de todos los demás. Él era humilde, tolerante, compasivo, y
renunciante. Sus acciones, sus palabras, su vida, y su muerte, todos
ejemplificaron el proceso de bhakti, el servicio devocional al Señor.
Las instrucciones de Srila Prabhupada, especialmente las que
alentaban al servicio práctico, se volvieron la vida misma
de Jayananda. Una vez, cuando un devoto le preguntó cómo avanzar en la
conciencia de Krishna, Jayananda se encogió de hombros y dijo: “Realmente no lo
sé. Estoy demasiado ocupado trabajando”.
Jayananda estaba tan sumergido en
ejecutar las instrucciones de Prabhupada que raramente tenía tiempo para
encontrarse con Srila Prabhupada. Sirviendo en la separación, él entendió que
la asociación a través de las instrucciones es más importante que la asociación
física. Se dice que uno debe actuar de tal manera que Krishna quiera verlo;
Jayananda ejemplificó este dicho por su actitud de servicio.
Invariablemente Srila Prabhupada solía preguntar por Jayananda, y
alguien tendría que ir a buscarlo. Para Jayananda, Sri Krishna y Srila
Prabhupada eran las únicas dos últimas verdades. Todo lo demás, incluyendo su
cuerpo, estaba comprometido en su servicio.
Lanzando el Ratha-yatra
Un día, unos devotos
consiguieron una deidad pequeña de Señor Jagannatha (Krishna como "el
Señor del universo") en una tienda de importación. Srila Prabhupada les
dijo que volvieran para conseguir las otras otras deidades del juego —el Señor
Balarama y Subhadra Devi. Y así comenzó Su culto en el templo. Meditando en las
Deidades, Srila Prabhupada expresó su intenso deseo de extender su misericordia
organizando un Ratha-yatra, la fiesta del carro que se celebra cada año en Su
honor en la ciudad santa de Puri, en India. Jayananda se dedicó a cumplir ese
deseo de Prabhupada. Empezando con un camión remolcador, él hizo un “carro” con
lo que pudo conseguir de los devotos. El 9 de julio de 1967, se celebró el
primer Ratha-yatra en San Francisco —el primero en la historia fuera de la India— todo debido a la sangre, sudor y el trabajo de Jayananda.
Jayananda mejoró el festival año tras año, consiguiendo el dinero, los
permisos, haciendo la publicidad, construyendo desde los inmensos carros
grandes escarbando en todas partes, e incluso los pasteles que cocinaba para
los grupos con los cuales actuaría recíprocamente, como la policía de la ciudad
y el Servicio del Parque de U.S.A. Él viviría con los carros mientras se
construían, trabajando con frecuencia casi sin dormir, cuando se acercaba la
fecha del festival. Eventualmente celebrado en Golden Gate Park, el festival
del Ratha-yatra atrajó año tras año a
mayores muchedumbres. Gracias a los esfuerzos de Jayananda, miles de las
personas recibieron la misericordia de Señor Jagannatha. Los festivales, se
celebran actualmente en todas las ciudades alrededor del mundo.
Srila Prabhupada expresó a menudo su profunda gratitud a Jayananda por
los festivales. Cuando Jayananda falleció, Srila Prabhupada dijo que su imagen
debería llevarse en uno de los carros en cada Ratha-yatra.
Su cuerpo enfermo
Mientras estaba preparando el
Ratha-yatra de Nueva York en 1976, Jayananda palpó unos bultos dolorosos que
crecían en su cuerpo. Un hermano espiritual se preocupó porque pudieran ser
cancerosos, pero Jayananda le hizo prometer no decirle a Srila Prabhupada hasta
después de la fiesta. La preocupación principal de Jayananda era que el
Ratha-yatra debía ser un éxito; todo lo demás era secundario.
El Ratha-yatra Nueva York [al cual el traductor de todo esto tuvo la
fortuna de participar y ver por primera vez a Jayananda] fue de hecho un gran
éxito. Rodando por la Quinta Avenida, los tres carros encantaron a miles de las
personas, y muchos se inspiraron en preguntar e incluso en aceptar las prácticas de la conciencia de Krishna.
Srila Prabhupada estaba extático, él dijo que fue un gran éxito y agradeció a
Jayananda por su valioso servicio.
Los bultos en el cuerpo de Jayananda resultaron ser cancerosos. Se le
diagnosticó leucemia, que redujo gradualmente su cuerpo a una cáscara.
Aceptando que se moriría pronto, Jayananda continuó expresando su gratitud
profunda hacia Srila Prabhupada. Sus amigos estaban asustados y se entristecieron
al ver su cuerpo desolado por la enfermedad. Pero Jayananda todavía estaba
demasiado ocupado, mientras realizando el servicio devocional para darle mucha
preocupación. Y cuando aceptó seguir el tratamiento médico, usó su tiempo en el
hospital para predicarles sobre la conciencia de Krishna a doctores,
enfermeras, y pacientes.
Jayananda pensaba constantemente cómo extender el Ratha-yatra a otras
ciudades. En sus últimos meses, ayudó organizar el Ratha-yatra en Los Angeles,
haciendo las llamadas telefónicas, consiguiendo el dinero, y guiando a los
devotos. Un día, mientras caminaba en la Venice Beach, donde se celebraría el
festival, miró hacia abajo y, como si visualizara el próximo festival, él dijo:
“¡Será un Ratha-yatra maravilloso!”
En 1 de Mayo de 1977, justo unos pocos meses antes del festival,
Jayananda se fue de este mundo. En una carta escrita a Jayananda después de su
partida, Srila Prabhupada lo felicitó por haber tenido una vida gloriosa y una
muerte aún más gloriosa, puesto que en la vida y en la muerte había estado
absorto en el servicio de Krishna. Srila Prabhupada ordenó que el día de la
desaparición de Jayananda fuera celebrado como el de otros santos Vaisnavas.
Como dicho elocuentemente Srila Bhaktivinoda Thakur:
“¡Razona mal quién dice que
los Vaisnavas mueren, porque ellos viven
en sus obras! Los Vaisnavas mueren para vivir, y viviendo intentan difundir en
todas partes el santo nombre”.
Cuando yo pienso sobre Jayananda, imagino esta escena: En alguna parte
un ISKCON Ratha-yatra está a punto de empezar. Los sonidos de las caracolas y
las exclamaciones de “¡Jaya Jagannatha!” penetran en el cielo. Viendo desde el
mundo espiritual, Jayananda se vuelve hacia Srila Prabhupada que cabecea y
dice: “Muchas gracias”.
Anexo
La prueba de una teoría es su
implementación. Cuando uno pasa largo tiempo analizando el proceso del bhakti,
la fe surge rápidamente cuando uno ve la teoría en la acción. Jayananda Prabhu
es tal devoto, que ejemplificó de una manera muy hermosa el proceso del bhakti,
del principio a la realización. Cuando él dejó su cuerpo el 1 de Mayo de 1977,
Srila Prabhupada instruyó que su desaparición debía celebrar como la de un gran
Vaisnava. Observando los pasatiempos de tales devotos se reafirma grandemente
nuestra fe en el proceso del bhakti.
La siguiente es otra
remembranza biográfica sobre las actividades trascendentales de Jayananda
Thakur, las cuales aparecieron en otra referencia. Debido a su importancia
complementaria, también he traducido este otro testimonio adicional.
Los antecedentes de Jayananda
Jim Kohr era un típico muchacho
norteamericano. Apuesto, fuerte, inteligente, nacido en una familia de alta
clase media. Siendo un buen estudiante, se graduó como ingeniero mecánico en la
Ohio State University. Sin embargo, a pesar de sus éxitos externos, estaba con
frecuencia infeliz, vacio e insatisfecho de la concepción materialista de la
vida. Jim no cuadraba en el grupo de gente de alta clase, por eso no era muy
sorprendente que terminara conduciendo taxis en San Francisco.
Aunque era una persona introspectiva, él no era muy religioso. Su
depresión era casi suicida, cuando en 1967 leyó un artículo pequeño en diario
de San Francisco sobre un Swami indio que había venido al área de la Bahía para
propagar el canto de los nombres de Dios. Por alguna razón, el artículo
encendió un rayo de esperanza dentro de él. Y decidió asistir a la conferencia
del Swami.
En el Bhagavad Gita (7.16), Krishna dice: “Cuatro clases de hombres
piadosos comienzan a prestarme servicio devocional: el afligido, el que desea
riquezas, el indagador y aquel que busca conocimiento acerca del Absoluto”. Jim
estaba buscando respuestas a las preguntas de las miserias materiales, y en tal
actitud dio el primer paso hacia su destino.
Sus comienzos
Jim quedó instantáneamente
atraido al Swami indio, que no era otro sino Srila Prabhupada, el acharya
fundador de ISKCON. Él había estado en U.S.A durante sólo un año y estaba en el
proceso de establecer su misión de traer la conciencia de Krishna al mundo Occidental.
Jim empezó a asistir regularmente en la mañana a la clase del Bhagavatam dada
por Srila Prabhupada. En algunas ocasiones Jim sería el único invitado que
escuchaba esa conferencia. Pronto él se apego mucho a Srila Prabhupada y sus
enseñanzas. Prabhupada reciprocó amorosamente y a veces cocinaría personalmente
el prasadam para Jim y se lo servía. Poco después, Srila Prabhupada aceptó a
Jim como su discípulo y lo inició con el nombre espiritual de Jayananda Das.
En el Chaitanya-charitamrta (Madhya-lila, 19.151), Sri Chaitanya
Mahaprabhu dice que: “…De los muchos millones de entidades vivientes que vagan
por el universo, sólo la que es muy afortunada recibe, por la gracia de
Krishna, la oportunidad de relacionarse con un maestro espiritual genuino. Por
la misericordia de Krishna y del maestro espiritual, esa persona recibe la
semilla de la enredadera del servicio devocional”.
De esta manera, Jayananda recibió la semilla de la devoción, debido a la
misericordia sin causa de Srila Prabhupada. De las instrucciones y las
enseñanzas presentadas por Srila Prabhupada, el comprendió su relación especial
con Krishna y con el guru, y que existe un proceso autorizado para establecer
esa relación.
Su atracción por la conciencia de Krishna
Jayananda estaba completamente
enamorado de la conciencia de Krishna. El se levantava temprano cada mañana
antes de las cuatro, hacía un pequeño artik, cantaba sus rondas, leía y
cocinaba prasada. Entonces solía ir para su “programa de incienso”, vendiendo
palitos de incienso. El nunca se desvió de eso, y era completamente feliz
practicando la conciencia de Krishna.
Jayananda adoraba el prasada. Cuando un poco de prasada caía en el suelo
que él lo lamería. Le encantaba cocinar, comer, ofrecer y distribuir prasada de
una manera grande. El incluso decía “prasada” con tanto amor y devoción que
hacía que uno inmediatamente quisiera tomar algo.
Otro ejemplo de su apego por la conciencia de Krishna era su amor por el
santo nombre. Siempre se le veía cantando y bailando con entusiasmo durante los
kirtanas. Un día, después de trabajar duro durante diez horas seguidas, cuando
todos los otros devotos querían descansar, Jayananada se metía en la sala del
templo para hacer kirtan. Su japa era muy intensa, muy concentrada, como si se
esforzara para asociarse personalmente con cada una de las sílabas del
maha-mantra.
En el Bhakti-rasamrta sindhu, Srila Rupa Goswami menciona que el proceso
del sadhana-bhakti comienza con un poco de fe (sraddha). Esa fe florece en el
deseo por la asociación con los devotos (sadhu-sanga), y luego en bhajana-kriya
(el servicio devocional). Similarmente, después de recibir la asociación de
Srila Prabhupada y otros devotos en el templo, Jayananda comenzó a ejecutar
servicio devocional por las instrucciones que recibió de su maestro espiritual.
Por ejecutar sinceramente su sadhana, el se purificó de los impedimentos
materiales del servicio devocional (anartha-nivriti) y comenzó a manifestar las
cualidades plenamente atractivas de un devoto puro.
Su humildad
La humildad era ciertamente la
cualidad más destacada de Jayananda. El trataba a todos como su superior,
incluso a los nuevos devotos. Aunque su servicio era glorioso, el nunca quiso
ninguna gloria. Evitaba la alabanza como la plaga. Los devotos supieron que si
ellos querían tener la asociación de Jayananda era mejor no alabarlo. Su
humildad era muy natural y él siempre glorifica el servicio de los demás.
Incluso aunque era un devoto mayor, más viejo que la mayoría de las personas
que lo rodeaban y eminentemente calificado, el era feliz de simplemente servir.
Una vez un nuevo muchacho en el templo quiso hacer algún servicio y se
le pidió que ayudara con la basura. La recolección semanal de los potes de la
basura la hacía Jayananda quien alegremente aceptó la pequeña ayuda del
muchacho. Después cuando el muchacho se volvió un devoto, él recordó: “¡Si los
hombres de la basura en este templo pueden ser tan dichosos, imagínese como
serán los demás devotos!”
En el tercer verso del Siksastakam, Sri Chaitanya Mahaprabhu establece
la calificación para cantar sin ofensas: “Uno debe cantar el nombre santo del
Señor en un estado mental humilde, pensándose más bajo que la hojarasca en la
calle. Uno debe ser más tolerante que el árbol, estar desprovisto de todo
sentido de prestigio falso y estar dispuesto a ofrecer todo respeto a los
demás. En tal un estado de mente uno puede cantar constantemente el santo
nombre del Señor”. Jayananda ejemplificó este verso. Él era tan humilde, que
simplemente al estar en su asociación, uno se sentía avergonzado del orgullo de
uno. Él era muy especial, pero nadie le prestaba atención especial. Ésa era
simplemente la manera que le gustaron las cosas.
Su actitud de servicio
Jayananda era experto en todo:
cocinar, predicar, adorar a la Deidad, las relaciones públicas, sankirtan,
vender incienso, en la construcción de los carros del Ratha yatra y en todo lo
que hacía para difundir la conciencia de Krishna. El era un trabajador
incansable; era el primero en levantarse en la mañana y el último en irse a
dormir en la noche. El siempre estaba ocupado en conseguir las flores, lavar
los utensilios, limpiar la cocina o llevar afuera la basura. Cualquier servicio
que se le daba lo cumplía expertamente, no importa cuan ocupado estuviera o
cuanta dificultad personal tuviera para hacerlo. No importaba cuando duro
trabajaba, el nunca se detenía para un descanso durante el día. El parecía
incansable.
Muchas veces, cuando Jayananda fue a Berkeley para distribuir prasada
sobrante, el primero solía organizar una cuadrilla para limpiar la cocina,
trabajando el doble que cualquiera. Entonces, transfería el prasada, lo cargaba
en la camioneta, conducía hasta Berkeley, organizaba la distribución allí y
hacía kirtan cuando estaba ocurriendo. Muchos años después, el aceptó
rápidamente la posición de conductor del grupo de Radha-Damodara de sankirtan
viajero, trabajando al lado de brahmacharis que escasamente tenían la mitad de
su edad. A pesar de su antigüedad y su avanzada posición, nunca pidió nada
especial y aceptó la posición de sirviente de los nuevos devotos.
En el Visnu Purana, Sri Krishna le dice a Arjuna: “Quien dice ser Mi
devoto no es realmente Mi devoto. Sólo aquel que dice ser el devoto de Mi
devoto, es realmente Mi devoto”. Jayananda manifestó completamente esta
cualidad. Pero no había humildad artificial. La humildad material es relativa,
está en las cualidades de sus depositarios. Pero Jayananda tenía humildad
espiritual, era absoluta, sin ninguna consideración por el status o las
cualidades del depositario. El servía a todos y no esperaba que nadie lo
sirviera.
El proceso de recordar, comentar o enumerar las cualidades y los
pasatiempos del Señor y de Sus devotos es muy purificador. Esta semana
continuaremos la descripción de las cualidades de Jayananda Prabhu, quien en
relativamente corto tiempo estuvo asociado con la conciencia de Krishna,
perfeccionó su servicio devocional y nos dejó muchas instrucciones ejemplares.
El estaba libre de encontrar faltas
La característica quizá más
definida de Jayananda era que nunca criticaba a nadie. Incluso si un devoto
hacía algo que ameritaba crítica, el no solía usualmente decir nada, o hacia
que el error pareciera perfectamente natural. En nunca dijo palabras ásperas ni
castigó a nadie. A veces los devotos solían ir a verlo con ideas expansivas de
como predicar la conciencia de Krishna, Jayananda animaba esas ideas,
extraordinariamente. Al mismo tiempo, él no era un tonto. Siempre escogía al hombre
correcto para el trabajo.
En El Néctar de la Instrucción (verso 5), Srila Rupa Goswami dice: “…uno
debe asociarse y servir fielmente al devoto puro que es adelantado en cuanto al
servicio devocional efectuado sin desviaciones, y cuyo corazón está completamente
libre de la propensión a criticar a los demás”.
Jayananda no podría incluso ni siquiera oír críticas de otro devoto.
Si pasaba, él simplemente se iba del
lugar. Éstas son las características de un uttama-adhikari, uno que ha
alcanzado el nivel más alto de perfección en su sadhana-bhakti.
Querido por todos
Como los seis Goswamis,
Jayananda era querido tanto por los gentiles y los rufianes. Él estaba tanto en
casa con los italianos en el mercado de productos, como estaba con los
Brahmacharis en el templo. Una vez a un devoto se le acercó en San Francisco un
borracho tambaleándose que miraba sus túnicas y preguntaba: “Ey, ¿dónde está mi
viejo amigo Jayananda?”
Muchos devotos que estuvieron en el viejo territorio de Jayananda se
encontrarían las personas que decían cosas como: ¿Dónde esta Johnny Ananda?” o
“El es el hombre él es mejor y más puro me he encontrado”, o “Yo no sé mucho de
tu filosofía, pero si Jayananda esta allí, debe ser buena”.
Una mujer que era oficial pública en la Junta de San Francisco, era
famosa para ocasionarles problemas a los devotos durante el Ratha-yatra. Un
año, cuándo los devotos se le acercaron, ella preguntó: “¿Dónde está
Jayananda?” Al saber que él había fallecido, ella se descompuso y empezó a
llorar. La pureza en el corazón de Jayananda conmovía incluso al más cínico.
En el Bhagavad-gita (5.7) Krishna dice que: “Aquel que trabaja con
devoción, que es un alma pura y que controla la mente y los sentidos, es
querido por todos, y todos son queridos por él. Aunque esa persona siempre
trabaja, jamás se enreda”. Todos amaban a Jayananda, porque el era
completamente trascendental a la concepción corporal. El se acercaba al
borracho, al hippie o a un devoto, con la misma compasión y entusiasmo. El le
hablaba a la Superalma en cada uno, y todos respondían consecuentemente. Como
Maharaja Yudhisthira, el enemigo de Jayananda nunca nació.
Experto en ocupar a todos
Se dice que aunque Krishna
no tiene nada que hacer con quienes no son devotos, Sus devoto son aun más
compasivos que Él e intentarán ocupar a todos en el servicio del Señor.
Jayananda estaba ávido de ver a todos ocupados en el servicio de Krishna.
Siempre que llegaba un nuevo bhakta Jayananda le hacía sentirse que él estaba
ocupado en un trabajo importante. Él era más viejo, más grande y más fuerte que
casi cualquiera en el templo, y todos nos alegrábamos de estar trabajando bajo
su guía.
Su estilo de prédica era simple y directo. El hablaba del corazón al
corazón. Una vez, le estaba predicando a una pareja de hippies mientras se
arrastraba bajo un automóvil. Todo lo que era visible de Jayananda era un par
de piernas, pero los dos hippies que quedaron allí, transfigurados por su
mensaje. Durante el Ratha-yatra el solía organizar fuera de la calle una
cuadrilla de personalidades no cooperativas, cínicos, hippies, necios, y no
devotos, para que le ayudaran a construir los carros. El los ocupaba trabajando
por diez o catorce horas diarias, siempre glorificándolos.
En el Chaitanya-charitamrta (Antya-lila, 7.11) se dice: “El canto del
santo nombre de Krishna es el sistema religioso fundamental en la era de Kali.
Sin haber sido dotado de poder por Krishna, no es posible propagar el
movimiento de sankirtana”. Por la compasión genuina en Jayananda, Krishna le
dio la única habilidad de hacer que la
gente quisiera hacer servicio devocional, directa o indirectamente.
Materialmente renunciado
Jayananda casi no tenía
posesiones, incluso durante sus años como un casado. Todo lo que tenía lo usaba
para el servicio de templo y de Srila Prabhupada. Cuando tuvo cinco mil
dólares, el prontó los donó a Srila Prabhupada. En la introducción de El Néctar
de la Devoción, Srila Prabhupada agradece esa contribución. Por muchos años el
mantuvo el templo por su propia cuenta, manejando su taxi durante 12-14 horas
por día. En sus últimos días de vida, usó el dinero que le dieron para su
tratamiento para apoyar el Ratha-yatra en Los Angeles.
Durante muchos años él mantenía el templo manejando su taxi durante
12-14 horas por día. Cuando él estaba en sus últimos días de su vida, él usó el
dinero dado a él para su tratamiento apoyar el Ratha-yatra en Los Angeles.
Él era sumamente cuidadoso con lo que consideraba ser el dinero de Srila
Prabhupada. Al vender el incienso, él dormiría en los bancos del parque en el
frío amargo, en lugar de gastar el dinero en un motel. Él usó su considerable
encanto para conseguir que las personas donaran casi cada cosa que se
necesitaba. Lo que no podía conseguir gratis, se aseguraba de recibir un buen
precio por el dinero gastado.
Su última lección en el desapego material fue cuando se descubrió que él
estaba padeciendo cáncer de la linfa y la sangre, leucemia. Jayananda continuó
como si nada hubiera cambiado. Cuando su cuerpo se puso frágil y débil, siguió
predicando, inspirando y organizando desde su cama en el hospital. Para él el
cuerpo era simplemente un medio para prestarle servicio devocional al Señor.
En el Chaitanya-charitamrta (Madhya-lila, 6.254), Chaitanya Mahaprabhu
resume en la frase “vairagya-vidya-nija-bhakti-yoga”, lo que significa
“renunciación a través del conocimiento que viene de practical servicio
devocional”. Jayananda era un verdadero sannyasi, que no renunció simplemente
objetos materiales sino que realmente renunció el deseo por estos objetos materiales.
Él siempre estaba ávido de usar todo para el servicio de Krishna, sin embargo
él no tenía el deseo personal por nada material.
Jayananda: el Rey del Ratha-yatra
Por varios años, Jayananda fue la espina dorsal del área de la
Bahía (de San Francisco) del Ratha-yatra. Detrás de la escena él hacía todo
para la preparación del festival. Pediría comida, las flores, los fondos —para
comprar los materiales y construir las carretas. Conseguiría los permisos,
organizaba la cocina y la distribución del prasada. Aunque las cosas siempre
fueran bien, él tendría éxito consistente cumpliendo todos esos planes cada
año. Después del festival cocinaría una torta o un pastel para cada uno que
había ayudado de alguna forma en el festival. Debido a sus esfuerzos, los devotos
de área de la Bahía de San Francisco disfrutan hasta el presente una relación
increíblemente armoniosa con los policias de la ciudad.
En sus últimos días, Jayananda estaba ocupado organizando el Ratha-yatra
desde la cama del hospital. Él hablaba por teléfono con las personas, envíó a
sus asociados para entrevistarse con varias personas y las cosas empezaron
milagrosamente a materializarse. Cada momento de su vida fue usado
preciosamente en el servicio de Krishna.
La valentía de Jayananda
Jayananda no solamente era
grande y poderoso de cuerpo, él era fuerte en su fe en Krishna. Por lo tanto,
nada podía atemorizarlo. Una vez, en la calle Market de San Francisco,
Jayananda estaba tocando la mridanga y dirigiendo un grupo de kirtan actuando
en la calle un hombre enorme apareció. Era por lo menos de 7 pies de alto y
pesaba quizás 300 libras. Su barba descuidada y su apariencia borracha
indicaban que era un viejo veterano viviendo en los bares cerca de su pensión.
Al aproximarse al grupo de kirtana, los ksatriyas de reserva del templo, Kesava dasa y Guru-kripa dasa, estaban listos
para una pelea.
Muy confiado, el monstruo se aproximó a Jayananda, giró y comenzó a
gritar: “¡Paren ese canto!” Jayananda lo miró fijo a los ojos y dijo
finalmente: “Tan sólo canta Hare Krishna. ¡Tan sólo canta Hare Krishna!” Para
el asombro de todos, el borracho simplemente giró y se fue caminando sin tener
una pelea.
La expresión definitiva de la falta de temor de Jayananda, vino al final
de su vida cuando contrajo leucemia y cáncer de las glándulas linfáticas. El
escribió desde el hospital: “Estuve de vuelta por un par de semanas de
tratamiento intensivo. En realidad, todo fue una verdadera bendición, ya que me
hizo comprender que la muerte está ahí, al alcance de la mano. De alguna manera
necesito de estos importantes recordatorios para ayudarme a avanzar en
conciencia de Krishna. Mientras estuve en el templo aprecié la conciencia de
Krishna más que nunca antes, por lo tanto ha sido una verdadera bendición”.
Incluso en sus últimos meses en Nueva Dwaraka, Jayananda nunca sucumbió
frente al temor ni a la pena por sí mismo. Cuando sus viejos amigos entraban a
su cuarto y lo veían en su pálida forma y apariencia fantasmal, encontraban
difícil hablarle debido a su condición. Lo que Jayananda comunicaba, por otro
lado, era completo desinterés en todo el asunto de su salud. Por el contrario,
estaba planeando cómo celebrar el Ratha-yatra en Los Angeles. Sentado en su
silla de ruedas, luciendo como la muerte personificada, Jayananda no podía
parar de pensar y hablar acerca del Ratha-yatra.
Karandhara recuerda verlo desde su escritorio: Jayananda estaba ahí, la
personificación de la conciencia de Krishna y la falta de temor a la muerte. A
Karandhara le aprecía extraño el no sentir una gran piedad o remordimiento por
Jayananda. Luego pudo comprender que si Jayananda era tan consciente de
Krishna, ¿cómo podría alguien verlo y no ser consciente de Krishna? tatha
dehantara praptir/ dhiras tatra namuhyati (Bg. 2-13 ).
Jayananda impulsó el Ratha-yatra
de Los Ángeles hasta que estuvo tan débil que no podía levantar el teléfono y
llamar a viejos amigos para pedir donaciones. De hecho, colectó una gran
cantidad de Laksmi y planeó los medios por los cuales el festival podía
realizarse. Los directores del festival inmediatamente admitirán que, sin la
presencia de Jayananda, el festival del Ratha-yatra no podría haberse llevado a
cabo en Los Ángeles el último año. Por lo tanto, así él probó que por ocuparse
en servicio devocional, uno trasciende incluso el miedo a la muerte.
Su opulencia mística
Se dice que el servicio
devocional puro trae mucha opulencia. Aunque los devotos nunca la buscan,
cuando la tienen la usan para el servicio de Krishna.
Al parecer, Jayananda podía funcionar durmiendo poco o sin dormir casi
nada. En los últimos días del Ratha-yatra dormía menos de tres horas por día,
pero era el más enérgico y animado miembro del grupo. Su propensión para
consumir prasada era asombrosa. Él podría comer los cubos de halava, los platos
de samosas y patatas sin ningún efecto colateral. Cuando en sus días finales,
se le puso una dieta intravenosa, aun así él les pediría a menudo a los devotos
que buscaran furtivamente para él grandes cantidades de samosas y patatas con
queso, que consumía alegremente sin ningún dolor aparente. Algunas veces, se
quedaba dormido en las clases del
Bhagavatam porque estaba muy cansado, pero luego podía citar
perfectamente de la clase o tener una discusión profunda sobre su contenido.
En el Bhagavad-gita (14.26), Sri Krishna declara: “Aquel que se dedica
plenamente al servicio devocional, firme en todas las circunstancias,
trasciende de inmediato las modalidades de la naturaleza material y llega así
al plano del Brahman”. En el Narada-pancaratra,
el servicio devocional al Señor se compara con una Reina asistida por
sus siervas en la forma de opulencias materiales, liberación y misticismo.
Jayananda nunca tenía ninguna ansia por esas cosas, pero cuando ellas vinieron,
los usó simplemente en el servicio de Krishna.
Máximas de Jayananda Prabhu
Jayananda Thakur hizo sus propias notas en la portada de su libro de
Krishna en forma de una lista de puntos:
“Cuando comencé aplicar los principios claramente descritos del libro de
Krishna en mi vida, experimenté rápidamente un nuevo reino de equilibrio mental
y experimenté una felicidad interior incluso en medio de las circunstancias más
difíciles. El resultado de practicar la conciencia de Krishna es que te
preocuparás menos y disfrutarás más. Tu poder de concentración, memoria, comprensión
y creatividad aumentará. Trabajarás con más energía, con mayor confianza y
eficiencia, y te relacionarás mejor con las personas. Y tendrás éxito más
fácilmente en lo que sea que intentes hacer. Por la noche, te quedarás dormido
inmediatamente y por la mañana te despertarás completamente renovado con
incluso menos horas de sueño de las que normalmente necesitas. En consecuencia,
comprenderá el verdadero propósito de tu vida y tu papel único en la creación
".
Carta póstuma de Srila Prabhupada a su discípulo Sriman Jayananda Dasa
Bombay, 5 de mayo de 1977
Mi querido Jayananda:
Por favor acepta mis bendiciones.
Estoy sintiendo muy intensamente tu separación. En 1967 tú te uniste a
mí en San Francisco. Tú estabas manejando mi auto y cantando Hare Krishna. Tú
fuiste el primer hombre en darme alguna contribución (5.000 $) para imprimir mi
Bhagavad-gita. Después de eso, tú has rendido un servicio muy favorable a
Krishna de diferentes maneras. Por lo tanto, espero que al momento de tu muerte
hayas estado recordando a Krishna, y por lo tanto hayas sido promovido a Su
eterna asociación. Si no, si has tenido algún pequeño deseo material, habrás
ido al reino celestial a vivir con los semidioses por muchos miles de años y
disfrutar la vida más opulenta de la existencia material. De ahí puedes
promoverte al mundo espiritual. Pero incluso si uno falla al promoverse al
mundo espiritual, en ese momento la persona vuelve a la faz de esta tierra y
nace en una familia aristocrática, donde otra vez existe la oportunidad de
revivir la conciencia de Krishna, pero debido a que habías estado escuchando
Krishna-kirtana, estoy seguro que fuiste directamente promovido a Krishnaloka.
janma karma ca me divyam
evam yo vetti tattvatah
tyaktva deham punar janma
naiti mam eti so'rjuna”
Krishna te ha hecho un gran favor, al permitirte continuar en tu cuerpo
enfermo y te ha dado un lugar adecuado para tu servicio.
Muchas gracias.
Tu eterno bienqueriente,
A. C. Bhaktivedanta Swami
La muerte de Jayananda es gloriosa. Es muy bueno lo que él ha dicho.
¿Cuál es la utilidad de este cuerpo inútil? Mejor dejarlo. El ha dejado su
cuerpo muy maravillosamente, y ha sido transferido a Vaikuntha. Ya he mandado
una carta de condolencia para publicarse en De Vuelta al Supremo (“Back to
Godhead”). Todos deberían seguir el ejemplo de Jayananda. Estoy muy orgulloso
de haber tenido un discípulo tan bueno. Si fuera posible, la foto de Jayananda
debe ser colgada en el ratha del Señor Jagannatha, y en todos nuestros templos
debe elegirse un día para hacer un festival de honor, así como lo hacemos en el
día de desaparición de otros grandes Vaisnavas.
Fragmento de una carta de Srila Prabhupada